¨Destinos unidos¨ Cap 1. Lamet.

¡Hola! Bueno, yo soy Lamet, (Lam), y os contaré, el primer cap. de nuestra increíble historia, antes que nada, mi presentación:
Nombre: Lam.
Origen: Holandesa.
Color favorito: Azul eléctrico.
Años: 16.
Aspecto físico: Alta, pecosa (MUY pecosa) cara circular, nariz respingona y labios pequeños y sonrosados, suelo ponerme roja por muchas cosas al día. Ojos entre azul, verde y con una pizca de amarillo, pelo bastante largo, ondulado y pelirrojo. Tiene un fleco que le tapa el ojo derecho, donde esta la ¨famosa mecha azul¨
Forma de ser: Bastante alegre y divertida, muy amistosa, lista y deportiva.
Es capitana de: Equipo de patinaje artístico y de ciencias.
Suele vestir con: Vaqueros, petos, camisas sueltas y Vans o All Star de colorines, (AMO los colores).
No sale de casa sin: Una pulsera, cada día de un color diferente.
Bueno, ahora que ya…bueno, sabéis de mi vida mas que yo, os contare mi primer día de clase.
--------------------------------------------------------------------------------------------------------
Me enrolle un mechón de pelo en el dedo índice, exactamente mi mecha azul eléctrica, estaba ante mi destino, dos corchos que revelarían mi futuro durante dos años, me desenrosqué el mechón y crucé los dedos, puse el dedo en la hoja y lo baje entre nombre y nombre.
Laura….
Laia….
Lamet Zwaan!
Subí la vista, estaba en 3ºD, entre los nombres, pude distinguir el nombre de varios compañeros, (no amigos, compañeros) algunos mas amables que otros, eso sí, pero mejor que nada.
Camine por los pasillos desiertos, mi pelo se balanceaba de un lado a otro, haciéndome cosquillas en la cintura, me alisé la camisa de los Beatles y me subí los pantalones, revelando parte de la caña de mis All Stars de colorines.
Entré en mi primera clase, geografía, todavía no había llegado el profesor, por lo que varios alumnos hablaban del verano, y también de tonterías supongo, me aparté el mechón azul detrás de la oreja, y busqué mi sitio, estaba ocupado por varias animadoras, que formaban un pequeño corro mientras hablaban a grititos.
-Chicas… ¿Podéis…?
Mi preguntafue interrumpida por una chica morena que estaba con ellas, se me giró con cara de malas pulgas.
-¿Te puedes ir? Esto es privado…
-Si, y también mi sitio.
La chica bajo la mirada a la mesa, tras lo que me mando una sonrisa.
-Te aguantas.
Suspiré, no me daba la gana tener el primer día un conflicto (aunque me hubiera encantado darle dos bofetadas, pero me aguante) , así que busqué otro sitio, aunque no fuera el que yo habia calculado que sería el perfecto, en ese instante, entró Kilian, el profesor de Geografía.
-Lamet, sientate.
Mis mejillas se tornaron a rojo mas rápido que volando,pasé la mirada por la clase.
¡Mierda! Solo quedaban dos sitios libres delante de la mesa del profesor,lentamente arrastré mis pies y me deje caer en la silla.
La clase empezó como siempre, lenta y aburrida, en mi mente, un remolino de pensamientos no me dejaban concentrarme.
-¡Lamet! Ya que te veo tan atenta, ¿Podrías decirme cual es la cápital de Corea del Sur?
Agaché la cabeza, ¡No tenía ni idea! Tras cinco minutos de humillacion, recurrí a mi única salvación, pusé mi mirada en el profesor, dejando que sus pensamientos llegaran a mi cabeza.
-¿Seúl?
El profesor me miro como si acabase de convertirme en gato.
-¿Te la sabías?
-¡Claro profe!
La clase me miro asombrada, y de nuevo di gracias al echo de que pudiera leer la mente (no me pregunteis ni como, ni porque, simplemente, lo se)
Tras dos nuevas preguntas dirigidas a otras personas, la puerta se abrío con un fuerte golpe, tras la que apareció una chica, rubia,de ojos azules, vestida con una ropa estravagante y con una bolsa de la que salia una pequeña falda con los colores del insti, su pecho subia y bajaba como si hubiera estado corriendo.
-Lo siento -dijo- se me ha echo tarde…
La clase entera estalló en pequeñas risitas, y yo, me di cuenta sería mi compañera de pupitre, por lo que hundí la cabeza en las manos. ¿Una barbie? ¿En serio?.
-Iadora -dijo Killian- coge asiento, ya hablaremos de esto.
Iadora se sentó al lado mio, dejando sus libros sobre la mesa, al tenerla de cerca me dí cuenta de que tenía una mecha rosa, ¡Bah! ¡Tipico!
Cuando sono el timbre me levanté rápidamente, ¡Siguiente clase, ciencias! ¡Mis preferidas!