domingo, 5 de febrero de 2012

Cap.5 (Iadora)

Cruce el pasillo hasta llegar al aula de ciencias,a toda pastilla,entre y observe detenidamente.
Quedaba un pupitre libre en la ultima fila,es el sitio perfecto para pasar desapercibida.
En la mesa había un chico con el uniforme del equipo de fútbol debía de ser nuevo porque no lo había visto antes y como animadora se lo que digo me conozco a todo el equipo.
Puse los libros en la mesa,me sente en la silla y pude ver que el chico era moreno de pelo a lo Justin Bieber(pero mas bonito y brillante)de ojos grandes,vistosos del color del mar,tenía la piel blanca,era bastante alto,delgado y esbelto.
-Hola,me llamo Iadora,pero llamame Ia-dije apartandole un pechon del pelo que me impedía ver su cara del todo.
-Hola,me llamo PJ-dijo apartando mi mano de su cara con suavidad.
-¿PJ? Suena mas bien a siglas-dije insinuando que me dijiera su nombre.
-Si,son siglas.Mi nombre es Pedro Jose-puso una expresión de desagrado en su cara.
-¿No te gusta HE?
-No-dijo serio-llamame así y me las apañare para que desaparezca del mapa-dijo soltando una carcajada.
–i HO CON QUE SABES REIR!-dije mientras me reía.
El aparto la vista de mi y señalo la puerta la señorita entro en la habitación y con ella el silencio.
La profesora le pregunto a Lamet,cosas sobre el club de ciencias,todos se escandalizaron al ver la respuesta y de repente FAS!una visión«Lament era la capitana del club de ciencias,estaban el el campeonato nacional y HIBAN GANANDO»
La hora se paso rápido y cuando salimos nos dirigimos a la cafetería.
Llegamos allí ,en la mesa que nos solemos sentar la animadoras,estaba sentada sola Lamet en medio del mundo por así decirlo,Polly se empezó a subir por las paredes debido a que Lamet se había sentado allí.
Cuando todo se había solucionado,Lamet me giño el ojo y me di cuenta de que había cogido en salda en ves de pescado.
-Polly,espra- dije frenando en seco.
-¿Que?-pegunto molesta por el toque de atención cuando intento echar a Lamet de la mesa.
-Hoy…me apetece comer con ella-dije bastante orgullosa de mi decisión.
-¿Le vas a dar consejos de moda?le hacen falta-dijo enfadada.
-No deja de ser tan…-me calle por que entonces materia la pata.
-¿Que deje de ser tan que?-dijo mirandome mal.
Me fui rápidamente así su mesa y me sente a su lado.
-¿Se puede saber por que te sientas con migo?- dijo Lamet sorprendida.
-Pues por que me pareces especial-dije mirando su mecha azul, que ella escondió rápidamente.
-Parece que no te apetece esa ensalada,¿ quieres un poco de mis croquetas de jamón y queso?son caseras-dije de dedicándole una suave sonrisa.
-¿Especial?no te entiendo,gracias me comere una croqueta-dijo mostrándome una amistosa sonrisa.
Nos pasamos mucho rato hablando,hasta que sonó la campana y tuvimos que ir a clase y yo me ofrecí a ir con ella.

Cap.4 (Lamet)

Llegue una de las primeras al laboratotio, por lo que me dio tiempo de analizar la sala para coger el mejor sitio, y así hice, estaba justo en medio de la clase, no estaba ni muy cerca del profesor, ni muy lejos, de forma que podía verlo todo, pero con intimidad, era una mesa doble, de color amarillento, sobre ella se sostenían varias probetas encima de la mesa, sustancias y fórmulas que sobresalían de gruesos libros, y restos de las actividades anteriores, me acerqué y la observé un poco mejor, una mancha verde amarillenta cubría la mayor parte de la mesa.
-Hola, soy Amy.
Me giré, una chica morena, de pelo largo y ojos grises me miraba, y se sentaba a mi lado, llevaba un peto vaquero con camisa de los Rolling Stones, y unas Vans rojas.
-Hola…yo Lamet, por favor, llámame Lam.
-¿Los Beatles eh?
Dio unas palmaditas a mi camisa mientras asentía.
-A mi también me encantan.
Le sonreí, ¿Tenia mis mismos gustos? Era muy extraño…
-A mi también me encantan los Rolling le contesté.
-¿Es natural?
Amy miraba seriamente a mi mecha, que vergonzosamente escondí tras mi oreja.
-Totalmente…
-Mola…
-Buenos días chicos.
En ese momento una profesora bajita, de pelo rizado rubio y ojos de color manzana caminaba entre las mesas con una bata blanca, iba cargada de libros de colores, bastantes hechos polvo, la miré y me apoyé en la mesa.
-Buenos días Leonor contestó la clase.
-Bueno, antes que nada, por favor…- Miro la lista que sostenía entre los dedos libres- ¿Lamet? Si, Lamet Zwaan, ¿Podrías levantar la mano para verte?
Levanté mi mano, haciendo que la pulsera azul eléctrico cayera hasta mi codo, ella me miró, sorprendida.
-Bueno, bienvenida.
Le mandé una sonrisa, que ella me devolvió amablemente.
-Este año –continuo- el club de ciencias esta pobre, de forma que necesitamos gente cuanto antes.
Miré a mi alrededor, demás alumnos se agachaban para que Leonor no les preguntase a ellos, yo, de nuevo eleve mi mano.
-¿Si Lamet?
-Pue… Estaba arrepintiéndome de mi intervención- ¿Puedo participar?
Leonor me miro sonriente y le brillaron los ojos.
-¿Es en serio?
-¡Si! Siempre me han gustado las ciencias…
El grupo de futbolistas que cuchicheaban a mi lado se giraron para mirarme como si fuera un alíen, concentre mi vista en sus cabezas y sentí de nuevo esa sensación de los pensamientos.
-Que rarita… Pensaba uno.
-Chiquita loca.
-Será rara, pero es mona…
Con este último pensamiento aparté la vista y un escalofrío recorrió mi cuerpo.
-Bueno –prosiguió Leonor- ven a hablar conmigo después de clase.
El resto de la hora, Leonor nos estuvo explicando las normas básicas y para que servía cada cosa, algo que yo tenía ya más que aprendido, de forma que cuando sonó la campana lo único que se me paso por la cabeza es que habíamos perdido la hora completamente.
-¿Lamet?
Leonor se acercaba con paso rápido debido a su estatura.
-¿Si profesora?
-¿Te gustaría ser la capitana del club de ciencias? Si encontramos suficiente gente, y sois lo suficiente buenos podríais ir a la competición nacional y…
-¡Claro! ¡Oh que bien!
Ella sonrió y se marchó, no sin antes decirme que ya me diría las horas de encuentro.
Salí al pasillo acompañada de la manada, es más, llegué al comedor gracias a esta, en la cola, le eche un vistazo a un pequeño plato de pescado, tenía muy buena pinta, pero luego me acordé de el aviso de Iadora, podía ser mentira, pero, no me iba a arriesgar.
-¿Si?
La camarera me miraba, llevaba una redecilla blanca, de esas que te aprietan el pelo y hacen, que aunque la coleta sea perfecta, varios pelos asomen por encima.
-¿Me puede dar una ensalada?
Pagué, y me dirigí a la mesa más cercana, y más solitaria, me senté y empecé a revolver la ensalada sin muchas ganas, sin aviso, encontré frente a mi cara una corta falda violeta y blanca, con pequeñas ondulaciones, levanté la vista, una nariz perfectamente recta y unos ojos perfilados de negro me miraban con desprecio.
-Fuera.
-¿Por qué he de irme?
-¿En serio? ¡Porque es nuestra mesa!
Revisé la mesa con la mirada.
-No veo vuestro nombre.
La animadora me fulminó con los ojos, le sonreí y ella giró la vista hacia la mesa de unos chicos, que, si he de decir la verdad, estaban bastante bien. Aparté mi melena pelirroja de mi hombro derecho y la miré.
-No, no le gustas, no te ilusiones.
La chica me miró con más desprecio si era posible.
-¡Que te largues!
-No.
-¿Pero que te crees?
-¿Nada?
-Polly déjala.
Genial, ahora se unía Iadora.
-Hay mas mesas continuo.
La supuesta Paulina se marcho refunfuñando, yo le piqué un ojo a Iadora, con la esperanza de que viera que se lo agradecía.
-Bah no es nada –me respondió- algunas son muy cortas de mente – mando la vista a mi plato- ¡Al final me has hecho caso! Muy buena elección.
Esa chica…¿Era como yo? ¿Acaso tenía algún poder extraño?

Cap. 3 (Hara)

Me sobresalté al oír la canción “Paradise” (Coldplay) saliendo de mi móvil, sobre la mesilla de noche. Era mi tono de despertador. Cogí el móvil, y miré la hora; tal y como había previsto el día anterior, me desperté a las 8:50. Aquel, era mi primer día de instituto, y por tanto, no quería llegar tarde.
Me levanté de un salto, y fui directa al baño, me quité el pijama, y me metí bajo la ducha, de la que caía un choro de agua fría que me hizo estremecer. Comencé a ducharme, me puse mi champú de olor a fresa, mi mascarilla de frutos del bosque, y gel de vainilla. Salí de la ducha y me enrollé en la una toalla color manzana con mi nombre en violeta palo bordado en una esquina: “Hara”. Me lo había cosido mi abuela poco antes de fallecer.
Me vestí con una camiseta gris con el dibujo de unas Raibans rosas fucsia (mi tipo de camiseta preferido), unos vaqueros ajustados negros, y unas Vans negras y fucsias. Me sequé y peiné el pelo; mis largos y sedosos tirabuzones negros, caían por mi espalda terminando en puntas color violeta cantoso. Este era un fenómeno de mi cuerpo que nunca llegué a comprender, era raro, pero a mí me gustaba mucho, y además pegaba con mis ojos, que eran marrones muy claros con destellos violetas. Me puse mi inseparable collar de espiral plateado con un rubí en el centro, y unos lindos pendientes de manzanitas color rojo chillón. Encendí la plancha, y en un momento, me alisé el flequillo sobre el que puse una fina diadema plateada con algún que otro brillante. Me hice una coleta rápida y bajé corriendo por las escaleras, mis padres como pude comprobar, ya se habían marchado. Fui a la cocina, me puse un zumo de mango y unas galletas y desayuné mientras ojeaba una revista de mi madre que no contenía nada interesante. Al terminar, subí otra vez a mi habitación, cogí el móvil, y comprobé que ya era la hora de salir, me lavé los dientes, me pinté los labios con gloss de cereza, me perfumé de coco y cogí mi mochila negra de motitas de colores cantosos ya preparada el día anterior, bajé las escaleras, me dirigí hacia la gran puerta de entrada, me solté el pelo, y decidida salí a la calle y puse rumbo a mi nuevo instituto.
Llegué a la puerta del instituto, había gente por todas partes hablando de cómo les había ido el verano, dándose abrazos… Entré con dificultad apartando como podía a la multitud de gente que se acumulaba en los pasillos, y me acerqué al tablón que tenía las listas de los alumnos. Comencé a buscar mi nombre: A continuación, busqué los horarios Bale, a primera tocaba mates. En ese momento, sonó en timbre, y todo el mundo, empezó a caminar en sentidos contrarios. Comencé como pude a buscar el aula de mates, cuando de repente choqué con una chica a la que tiré al suelo. Era bajita y ni delgada, ni gruesa, normal… , tenia los ojos color metal, y el pelo castaño recogido en una bonita trenza a un lado, y llevaba un vestido blanco con pequeñas flores color verde pistacho esparcidas por este, y unas manoletinas del color de las flores. Me miró con cara de enfado, y yo acto seguido le tendí la mano y la ayudé a levantarse.
- ¡Ho!, lo siento mucho- dije mientras recogía su bolsito color paja.
- Tranquila- dijo ella con una bonita sonrisa- No pasa nada, yo también me tropiezo a menudo. Por cierto, nunca antes te había visto por aquí, ¿Eres nueva?
- Sí – dije yo dedicándole mi mejor sonrisa – Me llamo Hara, Hara Neddis, ¿Y tú?
- Yo, soy Jannis, pero por favor, llámame simplemente Jan.
- A, bale Jan. Por favor, ¿Me podrías decir donde está el aula de mates?
- ¡Mates!, A mi también me toca esa clase ahora, acompáñame.
Me cogió con delicadeza de la mano para no perderme, y juntas fuimos al aula de mates. Llegamos frente a la puerta, y Jan abrió la puerta con desenvoltura y me dijo que pasase. Entramos, y tras de mi se cerró la puerta. Quedaban cinco sitios libres, dos de ellos juntos, en los que nos sentamos Jan y yo. Al hacerlo, Jan saludó a un par de chicas que estaban a nuestro lado, y yo educadamente, hice lo mismo. En ese momento, entró el profesor, que como Jan me dijo en un susurro se llamaba Wilpert.
- Hola a todos – dijo seriamente- , mi nombre es Wilpert para los que no me conozcáis. Este curso daremos geometría, algebra, trigonometría, derivadas….-
Se pasó toda la clase hablando del temario, de normas, y todo eso, hasta que por fin dijo:
- Como supongo que ya sabéis, este curso tenemos con nosotros a una nueva alumna, Hara – me levanté alegremente, y saludé a los alumnos de la clase, los cuales se quedaron mirando, supongo, mis puntas violetas cantoso. Acto seguido, me senté.- Y supongo que seréis amables con ella.
Justo entonces sonó el timbre, y todo el mundo salió disparado, menos Jan y yo, que salimos hablando relajadamente:
- ¿Qué te toca ahora? – preguntó ella-.
- Mmmmm…. Inglés.- respondí al fin-.
- A mí tecno, pero su quieres te acompaño.-.
- ¡Sí!- dije encantada de que alguien me ayudase el primer día- Vamos.-
El resto de la mañana, sucedió clase tras clase, todas llenas de presentaciones y normas, hasta que al fin, sonó el timbre para ir a comer. Me dirigí hacia la cafetería junto a toda la marabunta de gente, que salía desquiciada de clase, loca por comer algo. Entré en la cafetería, era grande y luminosa, y tenia muchas mesas de colores en las que mucha gente devoraba (literalmente) cualquier cosa. Al fondo del comedor, vi a Jan con unas amigas, y esta al verme, me saludó e hizo un gesto para que fuese con ella. Al acercarme, se despidió de sus amigas, y vino conmigo.
- ¿Vamos a por la comida, o nos morimos de hambre? – preguntó mientras se reía-
- ¡Vamos!- respondí yo. Mientras cogíamos la comida, le pregunté – Oye, no es que no me guste, ni nada de eso, pero ¿Porqué eres tan amable conmigo?.
- Pues, porque me as caído bien y quiero que seamos amigas – dijo con sinceridad- No te importa ¿Verdad?
- ¡Por supuesto que no! – dije mientras daba una carcajada – Además, tu a mi también me caes bien.
Comenzamos a reír las dos, y cuando paramos, buscamos una mesa donde sentarnos, y nos sentamos a comer.
Ya íbamos por el postre, y habíamos estado toda la comida hablando de nuestras cosas, y fue entonces cuando me di cuenta de que un grupo de lo que parecían animadoras, estaban mirando a una solitaria chica pelirroja con lo que parecía una mecha azul y….